Nacido en Madrid en 1937, este representante de la figuración crítica, de contenido político y social, se trasladó a París. El sello, recoge una de las obras del autor, dentro de su serie artística titulada Parmi les peintres, en la que los protagonistas, los pintores, van ataviados como dirigentes de la mafia, con el rostro indefinido, cubierto con manchas de pintura que recuerdan a mosaicos o vidrieras de colores vivos. Estos señores aparecen sin ojos, ciegos ante la realidad que viven.